El vínculo invisible: reseña completa




Como lectora empedernida que soy, leo muchísimos libros al mes. No importa el género, la cantidad de páginas, la temática o el autor. Cuando un libro se cruza en mi camino, ya tiene una oportunidad. A su vez, trato siempre de juzgarlos específicamente por su contenido, sin dejarme llevar por nombres o etiquetas. Tengo favoritismo por ciertos autores, es cierto, pero eso no obnubila mi juicio.

En general, realizo las reseñas en mi cuenta de Instagram.  Lo que hoy en día se conoce como "bookstagram" me ofreció un espacio ideal para compartir mi opinión sobre las distintas obras que leo. Pero, en algunas ocasiones, el espacio ahí me queda corto. Por ese motivo, los libros que calan hondo en mi mente, cuerpo y corazón se ganan un lugar acá en el Blog, donde puedo explayarme más y realizar un análisis más profundo.

He traído a este espacio reviews de diferentes textos, escritos por diferentes personas. Pero hoy, cuando me dispuse a escribir la de El vínculo invisible, de Dulce Bermúdez, me di cuenta de que todos los libros que leí de su autoría llegaron hasta acá. Evidentemente, conecto muy bien con su pluma y siempre me deja con ganas de más.

Espero que lo voy a contarte a continuación te convenza de que leer a Dulce es una muy buena inversión, porque creo con firmeza que así es.

 ¡Comencemos! 

Sinopsis de El vínculo invisible

Cuando la sabiduría y el amor convergen, la magia y el poder surgen como un brote delicado y frágil. Pero, cuando una madre y su hija nonata conviven en plena simbiosis… ¿Dónde comienza el poder en una y termina el dominio de la otra?

Tachi es una joven maestra, que viene a Canarias huyendo, tras un acto violento por su anterior pareja, donde queda embarazada por él. Romén, es un joven pediatra, que se enamora de ella. Tras un violento suceso donde logra salvar a Tachi de una muerte segura a manos de su antigua pareja, logran comenzar de nuevo y crear un hogar y una familia.

El destino les depara inesperadas sorpresas mientras esperan ilusionados el nacimiento de Aruma: Tachi, atormentada en sus sueños por su anterior experiencia, nota cómo sus pesadillas se hacen cada vez más virulentas y temibles, y le auguran un negro y temible futuro.

Por su parte, Romen, verá impotente y desesperado cómo Tachi va entrando en una espiral de miedo, estrés e inseguridad que no le conviene en su estado. A su vez, la aparición de una inquietante joven en sus vidas, creará una grave tensión y desconfianza entre ellos.

Juliana, la anciana chamana con un poderoso don, se ofrece nuevamente a ayudar a la joven pareja a resolver las dudas y temores sobre estas cruentas y amenazadoras pesadillas; por un lado, a ayudar a Tachi a reconocer el mensaje oculto en ellas y tranquilizarse. Por otro, a pesar de la desconfianza del joven médico, alerta a Romén sobre la gravedad de la situación y la dura responsabilidad que le va a llegar en breve. Un augurio de un drástico cambio en sus vidas, donde todos tendrán que luchar por sobrevivir a él.

Una historia donde las dinámicas ocultas de la vida, tanto de lo visible como lo invisible, toman todo el sentido de su valor: la fuerza de una anciana, la sabiduría de una niña y la debilidad en un hombre crearán un hechizo de auténtico poder.

El vínculo invisible, es la segunda entrega de la saga La Chamana de las piedras.

Ahora reeditada por la editorial Cetro, revisada, con nueva portada y una preciosa maquetación, hecha con mimo y cariño, se presenta de nuevo en su quinto aniversario.

Confluencia de géneros

Algo que me llama mucho la atención de los dos libros de esta saga es que me cuesta definirlos en cuanto al género. El vínculo invisible, por ejemplo, tiene una estructura clásica de thriller: comienza ofreciéndote visiones del momento clímax de la historia que ocurren llegando al final de la misma, luego realiza un corte y te lleva al "presente" para comenzar a transitarla. 

A medida que vas avanzando en la lectura, el drama y el romance toman protagonismo. Si bien el suspenso se sigue manteniendo presente en una especie de línea paralela, sutil y casi imperceptible, las diferentes capas narrativas que van a apareciendo tienen más tintes dramáticos y románticos, que de suspense.

Luego, en los últimos capítulos se retoman las escenas violentas, cargadas de tensión e incertidumbre, lo que le da un cierre a la novela que está en perfecta sintonía con el inicio de la misma.

No creo necesario indagar demasiado en detalles para elaborar una categorización minuciosa del texto, sino más bien hago referencia a esto porque lo considero un uso armonioso e inteligente de los elementos que componen estos diferentes géneros literarios (o que los caracterizan en mayor o menor medida).

De hecho, Juliana y Tachi nos ofrecen pasajes de puro realismo mágico que son dignos de admirar. Pero no poseen la extensión suficiente como para que podamos etiquetar al libro completo como parte de este movimiento artístico (desde mi punto de vista, al menos).

La confluencia de todos estos aspectos da como resultado una lectura llevadera, que genera expectativa y ganas de seguir leyendo, pero que no abruma al lector ni lo sobrecarga emocionalmente. Creo que eso es lo que hace que me gusten tanto los libros de Dulce: siento que son una gran compañía, que me regalan historias súper atrapantes pero que, al final del día, puedo dormir tranquila.

A su vez, la forma en la que está relatada la historia hace que sea un libro apto para todo público. Si bien posee escenas intensas, son muy soportables y están compensadas por los demás capítulos. 

Capas de la historia

En adición a lo que mencioné anteriormente, otro aspecto relevante de la escritura de Dulce Bermúdez tiene que ver con la capacidad excepcional que tiene de elaborar textos de muchas capas.

Esto lo comenté por redes sociales, pero nunca está de más rememorarlo. El vínculo invisible trata del triste pasado de Tachi, pero también de su historia de amor con Romén, y a su vez de la conexión de Romén con Juliana, y del posterior encuentro de Juliana con Tachi y su hija nonata. Al mismo tiempo, nos habla de la historia de María y sus hijos, de María y su nuevo amor, de la relación de sus hijos con Magnolia, de la relación de Magnolia con sus padres, de sus padres con los padres de Romén, de la interferencia de Magnolia en la vida de Romén y Tachi, de la amistad de Tachi con Lucía, del romance de Lucía con Juan Luis, del trabajo de ambas maestras y su conexión con un personaje nefasto del pasado que vuelve a atormentarlas y a su vez está relacionada con Magnolia. En fin, podría seguir, pero estimo que quedó claro el punto. 

Leyendo estas novelas no tenés tiempo de aburrirte. No hay páginas de relleno. No hay párrafos de más. Todo tiene su por qué. Y cada fragmento es interesante por sí mismo, más allá del aporte que le hace al marco principal.

Incluso, cuando leí Cimientos de cristal, recuerdo que me puso muy feliz el encontrar un crossover entre esta saga y esa otra novela autoconclusiva. ¡Me sentí como cuando volvés a saber de alguien que no veías hace mucho tiempo pero que recordás con cariño!

Tachi y Romén, un romance creíble

Lo he repetido infinidad de veces a lo largo de mi vida, en mis diferentes canales de comunicación: no me gustan las novelas románticas. Cuando digo esto, no se trata de una imagen de mí misma que quiera formar, ni de un prejuicio, así como tampoco de un capricho. Lo que hace que este tipo de historias me repelan (atención, porque este detalle será develado por primera vez públicamente) es que los romances que se exponen me parecen completamente inverosímiles.

Ustedes podrán decirme "entonces no debería gustarte la ciencia ficción, o la literatura fantástica, ya que nada de lo que se muestra en ese tipo de obras es real". Pues, difiero. Una cosa es que algo sea "realista" o "creíble" y otra diferente es que sea "verosímil" o "inverosímil". 

En el caso de las novelas románticas se pretende hacer creer al lector. la mayoría de las veces, que existen dos personas perfectas que comparten vínculos afectivos perfectos. En general, lo que descubrimos al leerlas es cuál fue el camino que recorrieron hasta encontrarse. Y si no eran perfectos antes de conocerse, lo terminan siendo una vez que se unen afectivamente (la clásica alusión a la media naranja, al completarse a través de un otro).

Al desarrollarse dentro de un marco narrativo que se pretende realista, me resulta difícil de creer, me genera una sensación de superficialidad, de engaño, de ilusión, que me termina provocando aburrimiento y rechazo. No porque no crea que los seres humanos somos capaces de vivir hermosas historias de amor, sino porque, en estos casos, a esas historias se les despoja de la parte más humana, justamente: los errores, los miedos, las inseguridades, la incertidumbre, los contrastes, lo caótico de las emociones.

Terminamos enfrentándonos, como decía André Bretón en el manifiesto surrealista, a obras de "catálogo de tapicería" o de "revistas de interiores". Mucho mármol, mucho oro, mucho auto de lujo, cuerpos hegemónicamente perfectos, bótox, plástico, mansiones y vivencias robóticas. "El lujo es vulgaridad...". 

En la saga de La chamana de las piedras, gracias al cielo (o a Dulce Bermúdez) esto no sucede. Desde las historias de amor secundarias hasta Romén y Tachi, lo que se ve es a personas de carne y hueso, con sus particularidades, defectos, virtudes y sentimientos, intentando comprender y encajar en el mundo del otro para poder compartir algo que los una y los sobrepase, pero sin dejar de ser cada cual un individuo. 

En El vínculo invisible, específicamente, esto es muy notorio en los episodios en los que Tachi tiene "pesadillas". Romén intenta ayudarla como puede, pero no sabe qué hacer. Sus miedos le juegan una mala pasada y termina sobreprotegiéndola, lo cual no es para nada positivo. En cuanto a ella, el pasar por esa situación la perturba e intenta encontrar una forma de solucionarlo sola, sin ayuda, porque cree que su pareja no la entiende o no se esfuerza en comprenderla. Luego, termina descubriendo que no es tan así como ella creía, y que su forma de actuar estaba influenciada por el miedo y la desesperación. 

La llegada de Magnolia también nos habla mucho de esto. Su vida personal es desastrosa. Y si bien ningún fundamento puede llegar a justificar sus acciones, al escarbar un poco en su pasado y en las diferentes situaciones que ha tenido que atravesar, es posible comprender por qué ha llegado a ser cómo es.

Cuando su mundo interior entrópico se cruza en el camino de Romén y Tachi, provoca estragos. Mas, su participación en la historia le ofrece a la pareja una forma de conocerse todavía más y afianzar su relación a base de caídas y recuperaciones. ¡Como en la vida misma! 

Cada personaje tiene sus propios intereses, exacerbados en mayor o menor medida. Lo interesante es ver cómo en algunos casos esos intereses se complementan y conviven, y cómo en otras oportunidades generan rupturas, alejamientos y nuevos comienzos.

Juliana, el vínculo invisible

Cuando reseñé La chamana de las piedras comenté que me llamaba la atención que el nombre de la novela hace alusión, justamente, a Juliana, pero que dentro de la historia parecía ser un personaje secundario. Se movía tras las sombras, estaba presente y a la vez no, tenía todo que ver y al mismo tiempo nada que ver.

En este segundo volumen ocurre lo mismo, pero tiene más sentido para mí. De la misma forma en la que podemos hablar de confluencia de géneros y de capas del texto, podemos analizar la correlación entre los diferentes "mundos" que conforman lo que llamamos "realidad" o "existencia". Como muchos estudiosos han mencionado sobre la Divina comedia, por ejemplo, en la cual convergen diferentes percepciones de lo micro-cósmico y lo macro-cósmico. 

Son pocas las veces en las que aparece Juliana en escena. De hecho, nunca lo hace por sí sola. Siempre alguien va a buscarla o a requerir su consejo. En todo momento su ser está acompañando a otros. Inclusive cuando está sola; sus visiones se manifiestan cuando el conocimiento que le comparten puede ayudar a alguien más, alejándolo del peligro.

ALERTA- INICIO DE SPOILER-: de hecho, su muerte, si bien es intrínsecamente personal, parece estar relacionada con el nacimiento de Aruma. Comienza a gestarse el final a medida que Tachi y Aruma van conectándose y el embarazo avanza a trompicones, y se concreta en el punto cúlmine del camino de ambas, cuando Tachi está dando a luz en condiciones precarias y peligrosas. Su muerte parece corresponder a un ciclo que está íntimamente conectado con el todo y con los demás, y que nos hace presuponer que no ha sido un final sino más bien un principio, el principio de la vida de Aruma y su camino chamánico. - FIN DE SPOILER.

Ahora bien, si deshumanizamos a Juliana podemos interpretar algo maravilloso: la esencia de este personaje representa el vínculo invisible, aquella inteligencia universal que muchas corrientes filosóficas, religiosas y espirituales explican que une a todos los seres, a todas las dimensiones y a todas las formas de existencia. 

De la misma manera que la chamana nunca está, pero siempre está. De la misma forma en la que su energía los acompaña a todos, sean conscientes de ello o no. Del mismo modo en el que los demás acuden a ella para trascender sus propias experiencias terrenales y obtener conocimiento, expansión y guía. De esa misma manera se comporta aquella fuente infinita que muchos creen que nos ha creado y nos ha dado la posibilidad de ser.

Más allá de las percepciones y las experiencias sobrenaturales de Tachi, la presencia de Juliana en la novela es un recordatorio: siempre hay algo más. No lo olvides ni lo ignores. Usalo con sabiduría. 

Es tan poderoso como sutil, y eso, de por sí, ya nos enseña muchas cosas.

Magnolia, el extremo opuesto

La incorporación de esta joven en la novela me pareció de lo más divertida. Provoca revuelo, mueve el avispero, incomoda.

En muchos aspectos, es el extremo opuesto de la chamana: por la edad (una es adolescente, la otra es anciana), por su energía (una es un torbellino, la otra es pura calma), por su presencia (Magnolia insiste en estar presente, molestar, provocar; Juliana es introspectiva, no participa a menos que se lo pidan, siempre está al servicio de los demás), y por sus intenciones (la joven está llena de odio y pretende que todos sean víctimas de sus pesares, mientras que Juliana carga sola con sus dolores y lo único que quiere es hacerle más sencillo el camino a las personas que ama).

Magnolia es un ser terrenal, pura mente, ansiedad, emociones negativas y maldad. Juliana es un ser espiritual, puro amor, conocimiento y empatía. 

Ambas influyen de diferentes maneras en la vida de los protagonistas y son ellos los que, quizás, nos dan el mensaje más importante: la necesidad de buscar un equilibrio entre estas dos puntas de la existencia.

Como seres humanos necesitamos de la vida material, carnal, mundana; pero también es importante que le demos un espacio a todo aquello que va más allá: el autoconocimiento, la conexión con la naturaleza, el desarrollo espiritual. 

Conclusión; comentario general.

Como siempre, ha sido un placer volver a leer a Dulce. Sin dudas, es una autora que siempre he recomendado porque realmente disfruto de sus novelas. Tiene un amplio catálogo de historias de diferentes géneros y temáticas, por lo que te sugiero que explores sus redes sociales para encontrar la que más se adapte a tus gustos literarios y consigas una muy buena lectura.

En cuanto a El vínculo invisible en particular, estoy en condiciones de decir que fue una segunda parte muy satisfactoria. Desconozco si la autora pretende continuar la saga o culminará como una bilogía, pero ha quedado un espacio abierto en el hilo narrativo que bien podría derivar en un nuevo volumen. ¡Sería muy interesante! 

Es una lectura ágil, amena, entretenida y accesible. Ideal para salir de bloqueos lectores y/o disfrutar en vacaciones. Siempre es lindo visitar con la imaginación aquellos paisajes españoles en los que se desarrollan estas novelas. Traen un airecito fresco, de ensueño... maravilloso. 

¿Dónde puedo conseguir El vínculo invisible?

Antes que nada, tené en cuenta que esta es una reedición del título. Anteriormente, la segunda parte de La chamana de las piedras se intitulaba Influjo. En este nuevo lanzamiento revisado, adquiere otro nombre. 

Dicho esto, podés conseguirlo en Amazon, en la web de Dulce y en la tienda de editorial Cetro. Para más información, no dudes en comunicarte con la autora por sus canales de comunicación para que pueda asesorarte al respecto. 

Sobre Dulce Bermúdez...

Apasionada de la lectura, toda su vida se dedica a la enseñanza en el ámbito de la teoría e historia
musical, compaginándola con varios masters en desarrollo personal, sobre todo en PNL, coaching y liderazgo. Dulce Bermúdez es escritora, conferenciante y experta en la PNL y Neuroescritura aplicada a la comunicación escrita. Profesora de Lenguaje Musical en el departamento de formación de la Fundación Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, y directora de la Escuela Internacional de nuevos escritores, donde ayuda a nuevos escritores a convertirse en autores y referentes.

Autora de varios libros: Dos ensayos sobre escritura: Creatividad para comenzar a escribir (2012) con la editorial Hakabooks-editiones, y Neuroescritura para Lideres (2016) con la editorial Mestas. Coautora de números uno en venta en Amazon con tres libros corales sobre desarrollo personal: Claves para un año redondo con Mestas ediciones; Más claves para un año redondo; Yo lo viví y Cuento contigo (trabajos colectivos de la Escuela Internacional de Nuevos Escritores) Y sus novelas, con las cuales ha empezado una saga: La chamana de las piedras y El vínculo invisible, y La casa de arena.





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